Chicomuselo: una instantánea de la guerra contra el pueblo

El 12 de octubre de 2023 más de diez mil pobladores de distintas comunidades agrarias marcharon hacia el centro de Chicomuselo, un municipio indígena enclavado en la región frontera de Chiapas.

Al llegar al “arco de los siete jaguares” los oradores de las distintas poblaciones tomaron posición en contra de la guerra reaccionaria que se extiende por el territorio chiapaneco donde dos cárteles de la droga se disputan el control territorial ante la mirada complaciente del gobierno federal, quien una y otra vez ha minimizado la situación.

“El pueblo ya está cansado de ver como los grupos que pretenden controlar nuestro territorio se imponen con total impunidad”, dijeron en aquella ocasión los pobladores. Días después de aquella marcha fue asesinado el Profesor de Telesecundaria José Artemio López Aguilar, quien fuera uno de los coordinadores de la protesta. Un comando armado ingresó a su domicilio sometiéndolo a él y a toda su familia; al profesor lo torturaron y ejecutaron frente a su esposa e hijos.

Hoy los ojos del país se centran nuevamente en ese municipio después de que el pasado martes 16 de enero de 2024 elementos de la SEDENA y la Guardia Nacional atacaran con armas de alto poder y vehículos oficiales a pobladores que protegían su comunidad ante los constantes ataques de los grupos criminales.

De acuerdo a la población, elementos del 101 Batallón de Infantería del ejército mexicano junto a tropas de la G.N. ingresaron de forma violenta derribando cercas y polines que los campesinos habían colocado. Con insultos y amenazas documentadas en redes sociales y medios de comunicación, el oficial al mando de las tropas militares, el Coronel Solís Serna, le dijo a uno de los habitantes: “te tengo ubicado cabrón”.

El ejército inició la agresión con gases lacrimógenos y golpes de macana; los pobladores respondieron con piedras, palos y machetes. Pero resulta que el ejército mexicano es una fuerza letal al igual que toda formación militar (incluida la G.N.) y sus elementos no están capacitados para realizar tareas de seguridad pública, así que de inmediato comenzaron los disparos de arma de fuego contra los campesinos.

El saldo: dos ejidatarios asesinados, uno que fue embestido por un vehículo militar y el otro acribillado por múltiples impactos de arma de fuego de uso exclusivo del ejército. Uno de los masacrados parece ser precisamente el campesino al que el Coronel amenazó. Más de 10 camionetas y motocicletas de civiles fueron totalmente destruidas y saqueadas por las tropas castrenses (el botín de guerra).

Ahora el presidente de la república asegura que la población de Chicomuselo y sus rancherías apoyan al crimen. En su conferencia mañanera el burócrata AMLO ha descalificado a las comunidades agrarias que se organizan, ya que, según él, la defensa de la autonomía y el territorio de los pueblos que no permiten el ingreso del ejército y la guardia nacional es “porque están protegiendo delincuentes”.

¿Pero quién en este país puede ignorar que el ejército está manchado con la sangre del pueblo?

Tan solo en la historia contemporánea sucesos como el 2 de octubre de 1968; el 10 de junio de 1971; los largos años de la guerra sucia contra la guerrilla y los movimientos populares; la contrainsurgencia y la guerra de exterminio contra el EZLN y el EPR; Acteal; Aguas Blancas; Atenco; Oaxaca; Ayotzinapa; Tlatlaya, entre un largo e interminable etcétera al cual se suma hoy Chicomuselo, hablan por sí mismos.

Ahora después de los hechos, los gobiernos estatal y federal han ordenado que las diligencias ministeriales se dilaten. Al cierre de esta edición ni la fiscalía ni los servicios periciales habían realizado sus primeras indagatorias en el lugar de los hechos.

Desde el pasado 1° de enero habitantes de decenas de localidades del municipio de Chicomuselo denunciaron la presencia de grupos armados que disparaban contra la población. El 4 de enero en el Ejido de Nueva Morelia se registró un enfrentamiento armado entre dos cárteles de la droga que duró más de 7 horas y en donde fallecieron al menos 20 personas, entre dos habitantes de la comunidad ajenos a los grupos armados. Durante varias semanas estos grupos criminales han estado haciendo leva, llevándose a jóvenes y hombres a combatir en algún ejército mercenario, esto ha generado el desplazamiento en masa de cientos de personas. En ninguna de las comunidades hay clases, las escuelas están cerradas por el temor de los padres, los niños y maestros. De todo esto han tenido conocimiento la fiscalía del estado y de la república quienes han manifestado “gracias a la coordinación con las autoridades de los tres niveles de gobierno, prevalece la tranquilidad y se garantiza la seguridad de las y los pobladores, en el municipio de Chicomuselo”.

¿Quién protege a los delincuentes… los pueblos o AMLO?

Un dato importante es el siguiente: durante años los pueblos de Chicomuselo han rechazado la imposición de un megaproyecto minero de capital canadiense, lo que derivó en el asesinato del activista Mariano Abarca en el año 2009, tras lo cual se clausuraron los trabajos de la mina. Posteriormente, en el año 2018, el gobierno de la república instaló una base militar en la población con la cual se ha buscado amedrentar a los campesinos que han mantenido la oposición al despojo y contaminación de su territorio. Como la presencia del ejército no ha sido suficiente para doblegar a los campesinos, ahora los grupos delincuenciales y paramilitares están generando mayor violencia.

La militarización del territorio de Chicomuselo y la presencia de grupos criminales y paramilitares es una instantánea de la guerra contra el pueblo y tiene un solo objetivo: la reapertura del megaproyecto minero y el despojo del territorio de las comunidades.

Así están muchas regiones del país y ante esto es totalmente lógico que los pueblos se organicen y rechacen el ingreso de grupos criminales y paramilitares dentro de sus territorios. Es absolutamente necesario que los pueblos defiendan su autonomía y autodeterminación rechazando también el ingreso del ejército, la guardia nacional y las policías del viejo Estado que no protegen al pueblo.